Hernán Narbona Véliz, Poeta y Escritor chileno. Administrador Público, Licenciado en Relaciones Internacionales, Columnista de diversos medios, miembro de Periodistas Frente a la Corrupción. Miembro del Capítulo Chileno del Defensor del Pueblo que impulsa el Ombudsman en Chile. Dio sus primeros pasos en el periodismo en 1970, año en que ingresa a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en Valparaíso, integrando el Comando de Prensa de la Unidad Popular. Durante 20 años de vida académica y como profesional independiente, recorrió toda la región americana y desde el 2002 se ha reincorporado al Servicio Público, actualmente como directivo en las Aduanas de Atacama.
   
  POETA HERNÁN NARBONA VELIZ
  Cable a Tierra
 

 

Al son de una balada o de un blues

 

Tomé tu mano y te llevé nervioso al centro de la pista, cerqué tu talle con mi brazo, reclinaste tu cabeza en mi hombro y tu cuello extendió por mis ojos tu perfume y tu hechizo. La música nos acomodó en un estrecho espacio, mis dedos presionaban tu cintura y jugaban con tu espalda en suave diálogo de energías. Reclinaste tu cabeza con esas redes sutiles de una pasión naciente y tu boca me invitó a visitar tus labios por vez primera, en un beso prolongado y discreto. Las mejillas ardían, las luces tenues nos aislaban de las miradas. El salón de baile se convertía en una esfera de luces galácticas y nos fundimos en el blues, susurrándonos promesas de amor eterno. Los tres minutos del disco que quizá fue un sonambulismo o una playa solitaria, nos transportaron en una burbuja de acero y miel a un extenso camino que recorrimos de la mano en un instante. Pronto será el día de los enamorados y los acordes de una guitarra eléctrica y señera, me conminan a llevarte de nuevo a bailar, a compartir en una baldosa o en la pista extendida de un tango amigo, el repaso maduro de aquel primer baile. Para brindar en esa plañidera melodía adolescente por todo ese amor fulgurante que sigue prendido a tus ojos y los míos. Esas promesas cumplidas que se hacen beso cada vez que nos aislamos en esos crepúsculos de luna, en nuestras caminatas entre mar y desiertos, con un baile por huella, saboreando nuestro amor impaciente, que quizás nació en una playa solitaria o en un sonambulismo, ya no lo recuerdo.

Atacama, Domingo, 3 de Febrero de 2008.

posted by POEMAS DE HERNAN NARBONA VELIZ @ 1:33 PM

 



Poesía en mínimos trazos

Para qué malgastar las horas, si puedo regalarte estos minúsculos ramilletes de pensamientos. Ya podré dormitar acurrucado a tu pecho, palpitando al unísono nuestras auroras. Por ahora, prefiero dedicarme a esa labor diminuta, como cuando te escribía en los tacos calendarios, en una gigantesca máquina de escribir planillera, ajustando mi enarbolado amor, mi pasión loca por tu piel en capullo, a ese minúsculo trozo de papel.

Igual como, a los tiempos, en los diez minutos de un microbús que subía hasta la cima de nuestro puerto, iba dejando mis gotas de poesía, incubando este cable a tierra que me sustenta frente a cualquier obstáculo o amenaza.

Esas frases diminutas, apiladas en hojas amarillas, que fueron compaginando mi amor remozado, rebelde, porfiado, combativo amor, blindando tus dolores, amortiguando las penas, creciendo desde la inmensidad de las angustias para convertirse en vertiente que saciaba la sed en el momento justo, como si las plegarias escuchadas nos acompasaran en un nuevo preludio del amor, ascendiendo con sudores, con la constancia de nuestros sueños, brincando por los momentos difíciles, hasta dejarlos atrás, sepultados. Hasta llegar rasmillados y amantes hasta la cumbre, con las rodillas espinadas, pero con el fuelle increible que nos permitía plantar las banderillas del triunfo cotidiano en nuestro territorio acorazado.

Estas horas que resto al sueño las dedico a comentar nuestro amor, para destacar la flor que venció la roca y ascendió desde la muerte para tomar un segundo aliento. Disculpe Dios la soberbia de esta lectura retroactiva. Perdona tú que me instale esta noche en nuestra cápsula maravillosa a disfrutar el descanso. Ha sido un refugio necesario. Me siento poderoso de tu mano y camino incesante hasta la cima de nuestro amor; potente y autárquico amor que me llena de fuegos, de vinos dulces que aspiro a beber por siempre en la copa de tus ojos insolentes.

Atacama, 4 de febrero de 2008.




Arpas de amor a medianoche

 

Te has engalado como una sirena, instalada en una galaxia de aguas rosas, vienes al reposo mínimo que te dejan las horas finales del año. Es un cierre, un recuento tácito, un remanso para seguir bregando, para dar gracias a Dios por mantenernos unidos, en paz y salud.

Humean los sabores, las risas se mezclan con el sudor de un alegre esfuerzo, concluido justo a tiempo. Estás radiante, disfrutas las guirnaldas, la copa espumosa llevará dentro tu anillo de oro y vendrá ese beso de resumen y de prólogo para nuestra infinita aventura.

Tus tres hijos te rodean, sus sueños se acicalan para ir de fiesta, la nieta flota en su sonrisa bromista y el buen perro la escolta por los patios para esperar las doce horas, el primer petardo estremeciendo el tiempo y tú te quedarás conmigo, relajada, sublime como oración, llenando la casona.

La casa iluminada se despierta llena de recuerdos y vienes como promesa para que el año que ingresa se organice a través de tu constante luchar. Amor, suenan las arpas del cielo, se descorcha el vino guardado para ocasiones especiales y en coro nuestras almas se fusionan en un nuevo primer beso.
 
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